Ciber-Juristas: La Lámpara Marina

25-06-2005
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Poema que Pablo Neruda dedicou a Álvaro Cunhal, então preso, em 1953 IEl Puerto Color de cielo Cuando tú desembarcasen Lisboa,cielo celeste y rosa rosa,estuco blanco y oro,pétalos de ladrillo,las casas,las puertas,los techos,las ventanas,salpicadas del oro limonero,del azul ultramar de los navíos. Cuando tú desembarcasno conoces,no sabes que detrás de las ventanasescuchan,rondancarceleros de luto,retóricos, correctos,arreando presos a las islas,condenando al silencio,pululandocomo escuadras de sombrasbajo ventanas verdes,entre montes azules,la policíabajo las otoñales cornucopiasbuscando portugueses,rascando el suelo,destinando los hombres a la sombra. IILa Cítara Olvidada Oh Portugal hermosocesta de fruta y flores,emergesen la orilla plateada del océano,en la espuma de Europa,con la cítara de oroque te dejó Camoens,cantando con dulzura,esparciendo en las bocas del Atlánticotu tempestuoso olor de vinerías,de azahares marinos,tu luminosa luna entrecortadapor nubes y tormentas. IIILos presidios Pero,portugués de la calle,entre nosotros,nadie nos escucha,sabesdóndeestá Álvaro Cunhal?Reconoces la ausenciadel valienteMilitão?Muchacha portuguesa,pasas como bailandopor las callesrosadas de Lisboa,pero,sabes dónde cayó Bento Gonçalves,el portugués más puro,el honor de tu mar e de tu arena?Sabesque existeuna isla,la isla de la Sal,y Tarrafal en ellavierte sombra?Sí, lo sabes, muchacha,muchacho, sí, lo sabes.En silenciola palabraanda con lentitud pero recorreno sólo el Portugal, sino la tierra.Sí, sabemos,en remotos países,que hace treinta añosuna lápidaespesa como tumba o como túnicade clerical murciélago,ahoga, Portugal, tu triste trino,salpica tu dulzuracon gotas de martirioy mantiene sus cúpulas de sombra. IV El Mar Y Los Jazmines De tu mano pequeña en otra horasalieron criaturasdesgranadasen el asombro de la geografia.Así volvió Camoensa dejarte una rama de jazminesque siguió floreciendo.La inteligencia ardió como una viñade transparentes uvasen tu raza. Guerra Junqueiro entre las olas dejó caer su truenode libertad bravíaque transportó el océano en su canto,y otros multiplicarontu esplendor de rosales y racimoscomo si de tu territorio estrechosalieran grandes manosderramando semillaspara toda la tierra. Sin embargo,el tiempo te ha enterrado.El polvo clericalacumulado en Coimbracayó en tu rostrode naranja oceánicay cubrió el esplendor de tu cintura. VLa Lámpara Marina Portugal,vuelve al mar, a tus navíos,Portugal, vuelve al hombre, al marinero,vuelve a la tierra tuya, a tu fragancia,a tu razón libre en el viento,de nuevoa la luz matutinadel clavel y la espuma.Muéstranos tu tesoro,tus hombres, tus mujeres.No escondas más tu rostrode embarcación valientepuesta en las avanzadas de Océano.Portugal, navegante,descubridor de islas,inventor de pimientas,descubre el nuevo hombre,las islas asombradas,descubre el archipélago en el tiempo. La súbitaaparicióndel pansobre la mesa,la aurora,tú, descúbrela,descubridor de auroras.Cómo es esto?Cómo puedes negarteal ciclo de la luz tú que mostrastecaminos a los ciegos? Tú, dulce y férreo y viejo,angosto y ancho padredel horizonte, cómopuedes cerrar la puertaa los nuevos racimosy al viento con estrellas del Oriente? Proa de Europa, buscaen la corrientelas olas ancestrales,la marítima barbade Camoens.Rompelas telaranãsque cubren tu fragrante arboladura,y entoncesa nosotros los hijos de tus hijosaquellos para quienesdescubriste la arenahasta entonces oscurade la geografía deslumbrante,muéstranos que tú puedesatravesar de nuevoel nuevo mar oscuroy descubrir al hombre que ha nacidoen las islas más grandes de la tierra. Navega, Portugal, la horallégó, levantatu estatura de proay entre las islas y los hombres vuelvea ser camino. En esta edad agregatu luz, vuelve a ser lámpara:aprenderás de nuevo a ser estrella. Poema extraído de Obras Completas, 3ª ed. aumentada, Buenos Aires, Editorial Losada, Col. Cumbre, 1967

Poema que Pablo Neruda dedicou a Álvaro Cunhal, então preso, em 1953 IEl Puerto Color de cielo Cuando tú desembarcasen Lisboa,cielo celeste y rosa rosa,estuco blanco y oro,pétalos de ladrillo,las casas,las puertas,los techos,las ventanas,salpicadas del oro limonero,del azul ultramar de los navíos. Cuando tú desembarcasno conoces,no sabes que detrás de las ventanasescuchan,rondancarceleros de luto,retóricos, correctos,arreando presos a las islas,condenando al silencio,pululandocomo escuadras de sombrasbajo ventanas verdes,entre montes azules,la policíabajo las otoñales cornucopiasbuscando portugueses,rascando el suelo,destinando los hombres a la sombra. IILa Cítara Olvidada Oh Portugal hermosocesta de fruta y flores,emergesen la orilla plateada del océano,en la espuma de Europa,con la cítara de oroque te dejó Camoens,cantando con dulzura,esparciendo en las bocas del Atlánticotu tempestuoso olor de vinerías,de azahares marinos,tu luminosa luna entrecortadapor nubes y tormentas. IIILos presidios Pero,portugués de la calle,entre nosotros,nadie nos escucha,sabesdóndeestá Álvaro Cunhal?Reconoces la ausenciadel valienteMilitão?Muchacha portuguesa,pasas como bailandopor las callesrosadas de Lisboa,pero,sabes dónde cayó Bento Gonçalves,el portugués más puro,el honor de tu mar e de tu arena?Sabesque existeuna isla,la isla de la Sal,y Tarrafal en ellavierte sombra?Sí, lo sabes, muchacha,muchacho, sí, lo sabes.En silenciola palabraanda con lentitud pero recorreno sólo el Portugal, sino la tierra.Sí, sabemos,en remotos países,que hace treinta añosuna lápidaespesa como tumba o como túnicade clerical murciélago,ahoga, Portugal, tu triste trino,salpica tu dulzuracon gotas de martirioy mantiene sus cúpulas de sombra. IV El Mar Y Los Jazmines De tu mano pequeña en otra horasalieron criaturasdesgranadasen el asombro de la geografia.Así volvió Camoensa dejarte una rama de jazminesque siguió floreciendo.La inteligencia ardió como una viñade transparentes uvasen tu raza. Guerra Junqueiro entre las olas dejó caer su truenode libertad bravíaque transportó el océano en su canto,y otros multiplicarontu esplendor de rosales y racimoscomo si de tu territorio estrechosalieran grandes manosderramando semillaspara toda la tierra. Sin embargo,el tiempo te ha enterrado.El polvo clericalacumulado en Coimbracayó en tu rostrode naranja oceánicay cubrió el esplendor de tu cintura. VLa Lámpara Marina Portugal,vuelve al mar, a tus navíos,Portugal, vuelve al hombre, al marinero,vuelve a la tierra tuya, a tu fragancia,a tu razón libre en el viento,de nuevoa la luz matutinadel clavel y la espuma.Muéstranos tu tesoro,tus hombres, tus mujeres.No escondas más tu rostrode embarcación valientepuesta en las avanzadas de Océano.Portugal, navegante,descubridor de islas,inventor de pimientas,descubre el nuevo hombre,las islas asombradas,descubre el archipélago en el tiempo. La súbitaaparicióndel pansobre la mesa,la aurora,tú, descúbrela,descubridor de auroras.Cómo es esto?Cómo puedes negarteal ciclo de la luz tú que mostrastecaminos a los ciegos? Tú, dulce y férreo y viejo,angosto y ancho padredel horizonte, cómopuedes cerrar la puertaa los nuevos racimosy al viento con estrellas del Oriente? Proa de Europa, buscaen la corrientelas olas ancestrales,la marítima barbade Camoens.Rompelas telaranãsque cubren tu fragrante arboladura,y entoncesa nosotros los hijos de tus hijosaquellos para quienesdescubriste la arenahasta entonces oscurade la geografía deslumbrante,muéstranos que tú puedesatravesar de nuevoel nuevo mar oscuroy descubrir al hombre que ha nacidoen las islas más grandes de la tierra. Navega, Portugal, la horallégó, levantatu estatura de proay entre las islas y los hombres vuelvea ser camino. En esta edad agregatu luz, vuelve a ser lámpara:aprenderás de nuevo a ser estrella. Poema extraído de Obras Completas, 3ª ed. aumentada, Buenos Aires, Editorial Losada, Col. Cumbre, 1967

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